La robótica avanza a marchas forzadas, y no siempre para crear recepcionistas o máquinas de montaje. Un equipo estadounidense está trabajando en un robot que ayude a los niños con autismo, aprovechando que se llevan mejor con las máquinas.
Se suele decir que los humanos sienten simpatía hacia los robots de aspecto un poquito humano, pero detestan a los que se parecen mucho sin conseguir dar el pego. Bandit está a salvo de ese peligro, porque con una boca, dos ojos y un rostro rígido por toda expresión, no pretende en absoluto parecer humano.
Este robot, desarrollado por un equipo de médicos e ingenieros, aprovecha su aspecto y su comportamiento inhumano para acercarse a niños autistas, que tienen más problemas con la gente de verdad que con las predecibles y fiables máquinas. Bandit no es Pinocho, y no quiere ser un niño de verdad. Es una máquina, que se comporta como una máquina.
A modo de terapeuta, intenta comunicarse con el niño, ganarse su confianza y ayudarle a ser más sociable y adaptable. Aunque han tenido resultados dispares, los creadores del robot son optimistas sobre su éxito y esperan poder producirlo a gran escala.
Entre tanto, tienen que pulir detalles tanto de hardware (por ejemplo, el sonido de las ruedas al moverse incomodaba a algunos niños) como de software, para que la máquina pueda reaccionar y adaptarse mejor al comportamiento de su paciente.
"Sí, hay trabajo que hacer", admitió Maja Matari, que codirige el proyecto, a PopSci. "Pero es factible. Lo que quiero es un robot que pueda venderse por el precio de un portátil, de aquí a una década".
Fuente de información: Baquia (3 junio 2010)
Información original: http://www.popsci.com/science/article/2010-05/humanoid-robots-are-new-therapists
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