sábado, 2 de agosto de 2008

Paro, la "foca terapeútica" llega a España (Campus Party 2008)

No es habitual tener como mascota una foca y, menos, que ésta sea un robot que aprende de sus cuidadores y ayuda a mejorar o paliar ciertas patologías.

La foca robot que se exhibe en la Campus Party 2008, en la Feria de Muestras de Valencia, es una máquina "especial", con un interior repleto de decenas de sensores, dos minicámaras y siete motores, pretende servir de compañía a personas que tengan una discapacidad mental, que padezcan Alzheimer o para personas que están mucho tiempo encamadas en un hospital.

La foca robot aprende a reconocer la voz de su cuidador e, incluso, a reconocer el nombre que le hayan asignado. Responde a estímulos de movimiento, voz, tacto y luz (llevando sensores hasta en los bigotes), lo que le permite quejarse cuando es acariciada de forma inadecuada y seguir con la cabeza a su interlocutor. Además dispone de un software que le permite tratar ciertas enfermedades reduciendo la agresividad de los pacientes.

Este invento de robot terapéutico llegó al BBVA en junio de 2008 como un prototipo, pero en Japón ya lo están utilizando en hospitales geriátricos con, al parecer, buenos resultados. El inventor de la foca robot es el japonés Takanori Shibata del Instituto Nacional de Tecnología Industrial Japonés (AIST). Es un proyecto que cuenta con el respaldo de veinte estudios realizados en todo el mundo sobre los beneficios que aporta a personas que padecen alzheimer, demencia senil o autismo. Por el momento no ha sido utilizado en España, aunque en Japón se comercializa a unos 3000 euros a unidad.

La elección de una foca como robot mascota, en vez de un perro o un gato, tiene una razón de ser, y es que si fuera un animal doméstico típico podría ser contraproducente ya que la persona podría tener nostalgia de una mascota anterior, en el caso de que la hubieran tenido. Casi nadie tiene una foca como mascota.

Actualmente, el prototipo de foca robot está en el Centro de Innovación del BBVA de Madrid. Para finales de año podrían hacer alguna prueba en algún geriátrico de Madrid, pero no se sabe cuando se podría comercializar de forma industrial.

Este robot fue galardonado con el Premio Guinness 2002 al más innovador en su categoría y funciona con una batería que puede recargarse a través del chupete que lleva incorporado.

Al lado de este robot se encuentra Actroid-Der 2, un androide que simula a una mujer de rasgos orientales y que es capaz de contestar a una serie de preguntas para satisfacer las necesidades de su interlocutor. "En un futuro podría estar detrás del recibidor de un hotel respondiendo las dudas de los clientes sobre dónde está el baño o su habitación", según ha explicado uno de los miembros de Campus Futuro, donde están instalados ambos robots.

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