En el elástico, la prenda tiene un biosensor electrónico que está en constante contacto con la piel y puede medir la presión arterial, el ritmo cardíaco y otros signos vitales.
La tecnología, desarrollada por el profesor de nanoingeniería Joseph Wang, de la University of California San Diego y su equipo, puede revolucionar el campo de la ropa inteligente y es parte de un cambio que consiste en pasar del tratamiento basado en el hospital al cuidado en casa.
El método es similar al estampado serigráfico convencional, pero la tinta contiene electrodos de carbono. El proyecto está financiado por el Ejército estadounidense y los soldados probablemente serán los primeros en probarlo.
"Esta iniciativa específica involucra el monitoreo de las lesiones de los soldados durante la cirugía en el campo de batalla, y el objetivo es desarrollar sensores mínimamente invasivos que puedan ubicar (...) e identificar el tipo de herida", dijo Wang a Reuters Televisión.
En última instancia, el biosensor que detecta la lesión también podría dirigir la emisión de fármacos para aliviar el dolor y hasta tratar la herida. Pero el rango de aplicación de la tecnología va más allá del Ejército.
"Tenemos en cuenta la tendencia de la medicina personalizada para monitorizar remotamente a los ancianos en su casa, controlar una amplia variedad de marcadores biomédicos, por ejemplo cardíacos, alertar sobre un posible accidente cerebrovascular y cambios diabéticos", entre otros, dijo Wang.
Los biosensores en la ropa también pueden ofrecer información valiosa a los atletas e incluso medir los niveles de alcohol en sangre.
Pero Wang dijo que puede pasar un tiempo hasta que estos calzoncillos inteligentes puedan ser usados por los soldados en el campo de batalla, porque se necesita más investigación para garantizar que los sistemas de monitoreo sean fuertes y durables como para superar el desgaste de la actividad diaria. Sin embargo, opinó que cada vez hay más necesidad de desarrollar sistemas de monitoreo de salud confiables y aptos para llevar en la ropa.
"Si bien los sensores electroquímicos integrados a la ropa tienen un futuro promisorio para el cuidado de la salud, además de aplicaciones militares y deportivas (...) hay que prestar atención a desafíos claves como la entrega de muestras a la superficie de electrodos y la calibración e interconexión de los sensores", escribió el equipo de Wang en un reporte publicado en la revista de The Royal Society of Chemistry.
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